La crianza respetuosa se basa en la cercanía y el vínculo emocional entre padres e hijos. No es solo un modo de cuidar y educar, sino un modo de vivir y relacionarse con los demás a través del respeto. También busca que los padres les den a sus hijos no solo los cuidados básicos que necesitan, como alimento, higiene y el confort de un hogar, sino que también la entrega de contención, atención, cariño, abrazos y amor.
¿En qué se relaciona la equidad de género con la crianza respetuosa?
La equidad de género busca brindar a las mujeres y a los hombres las mismas oportunidades, condiciones, y formas de trato, sin dejar a un lado las particularidades de cada uno(a) de ellos (as) que permitan y garanticen el acceso a sus derechos. Al leer esta definición probablemente se nos venga a la mente el futuro de nuestros hijos e hijas, y lo imaginemos lleno de oportunidades y con ilimitadas posibilidades, queriendo brindarle a cada uno de ellos, una educación en valores para que crezcan desarrollando el valor de la empatía y sabiendo que su género no determinará su futuro.
Corresponsabilidad en el hogar, el inicio del camino.
La corresponsabilidad es entendida como la responsabilidad compartida de labores entre dos o más personas en el hogar. Esta puede influir enormemente en la internalización de los roles de género que adquieren niños y niñas, pues el hecho de observar en casa a sus padres realizando labores de manera equitativa puede contribuir en cómo se desenvolverán algún día en su adultez.
La asignación de tareas que damos a nuestros hijos/as, y los juegos que se practican en casa, son factores que influyen también, pues la familia constituye el espacio primario para la socialización de sus miembros, donde se transmiten los sistemas de normas y valores que rigen al individuo y a la sociedad.
Expertos señalan que los estereotipos sobre los roles femeninos y masculinos tienden a perpetuarse desde el hogar porque son interiorizados desde los primeros años de vida.
La distribución de tareas en casa, suelen ser asignadas en base a la reproducción de estereotipos, como que los niños aprenden con su padre a cambiar las ruedas del auto, mientras que las niñas acompañan a la madre en las labores de aseo. “Ojo”, esto no quiere decir que hacer esto esté mal, sino que también es importante invertir ciertos patrones, como por ejemplo que mamá arme ese mueble nuevo que llegó a casa con su hija, mientras papá ordena la casa junto a su hijo para instalarlo en un lugar bonito del hogar.
Los adultos que buscan educar a sus hijos en igualdad de género pueden comenzar por erradicar ciertas creencias y prejuicios que encasillan las responsabilidades en base a roles de género, separando quehaceres domésticos masculinos de femeninos. Debemos tener en claro, que nunca es tarde para aprender sobre el tema, y mucho menos para educar a nuestros hijos/as con perspectiva de género, pues ellos están en pleno proceso de desarrollo, por ende, logran integrar fácilmente nuevos aprendizajes.
Recomendaciones para iniciar un cambio en nuestro modelo de crianza
El juego es una herramienta muy potente a nivel de enseñanza, pues genera aprendizajes más significativos y profundos. Los juegos deben ser incluyentes, es decir, que no generen diferenciación alguna de géneros y que respondan a sus intereses, permitiendo que las niñas jueguen, si así lo desean, con juguetes de autos y construcción, que practiquen deportes como el fútbol o karate y disfruten juegos que, tradicionalmente, se vinculan al género masculino, así como a los niños no se les debe coartar el deseo de jugar con juguetes asociados a las niñas, como muñecas, cocinar o ser enfermeros.
Madres, padres y cuidadores podemos asimilar que no hay nada de malo en ello y que los juegos no deben ser encasillados en términos de “lo femenino” y “lo masculino”.
Podemos también hablar a nuestros hijos sobre el cuidado y respeto hacia sus juguetes y mascotas, asignarles acorde a su edad responsabilidades del cuidado de éstas, o algunas plantas en casa, o pequeños apoyos en los quehaceres con su hermano. También se recomienda el trabajo con cuentos e historias que les enseñen de las grandes cosas que pueden lograr tanto mujeres y hombres.
Recomendaciones
Beneficios de la crianza con igualdad de género:
¿Por qué buscamos la equidad de género y no la igualdad de género?
Muchas veces estos conceptos causan confusión, pero en palabras simples, el concepto de igualdad de género señalaría que todos somos iguales en todos los aspectos, por ende, tenemos los mismos derechos y oportunidades. Mientras que, como se mencionó anteriormente, la equidad de género considera las necesidades respectivas de cada género, para luego brindar equivalentes derechos, beneficios, obligaciones y posibilidades, por lo que, para conseguir la igualdad de género, se necesita primero transitar por la equidad de género. Buscamos, como sociedad, acabar con las desventajas de género, desventajas que nuestros hijos podrán compensar con ayuda de una crianza respetuosa desde la equidad de género.
Material elaborado por Psicóloga Natalia Hinojosa Montecino, Magíster en Psicología Clínica, diplomada en Psicoterapia Sistémica Infanto-Juvenil y con formación en Psicoterapia Sistémica, Terapia Centrada en Soluciones.
LAU-CL-00125-09-2023
Referencias